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Al hacernos la pregunta sobre el pertenecer y partir de viaje hacia la búsqueda de posibles respuestas, nos vemos entre vagones que cruzan los paisajes geográficos, territoriales, de raíces y herencia. Vemos la familia, los amigos recientes, los lejanos e incluso los colegiales. Es un trayecto tan largo que podría visitar lugares prohibidos o escondidos, un pertenecer remoto o ya olvidado. Algunos creen que solo pertenecemos a nuestra lengua materna y que es el lenguaje nuestro único refugio de pertenencia, nos aferramos a él con el temor de perder nuestro diálogo íntimo y fluido con el pensamiento. Pertenecer es un concepto complejo en un mundo donde las fronteras parecen un dibujo de William Kentridge.
Afortunados o desafortunados aquellos quienes nacieron en tierra extranjera con dos o más lenguas maternas, aquellos quienes han perdido la noción de hogar y todavía no tienen libros (o los tienen digitales) para sentir que es allí, donde están almacenados, el lugar al que llaman "hogar."
To find possible answers surrounding the subject of belonging, we must embark on an improvised intellectual journey that will take us through geographical landscapes, territories, our roots and heritage. The journey may force us to consider family, friends, acquaintances and even colleagues.
It is a journey so long that it may even take us through some prohibited and hidden places in search of sometimes distant and forgotten belongings.
Some may only find belonging within their mother tongue, where the language acts as the only asylum protecting them from the fear of losing their intimate and constant inner dialogue. Belonging is a complex concept in a world where the borders behave like an animated William Kentridge drawing. Those born in a land with two or more native languages and cultures, those who have lost the meaning of "home" and are wandering in search of a place to belong to --- are those the fortunate or the unfortunate ones?
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